Publicado en Publicoscopia
México será el primer país en poner en marcha la propuesta Zoo XXI, un nuevo modelo educativo, científico y libre de sufrimiento animal. Se espera que Barcelona sea la siguiente.
«En ese sitio maldito donde habita la tristeza» reza el título de un libro donde comenta y compara las situaciones de privación de la libertad, el castigo y el aislamiento que humanos y animales pueden llegar a sufrir. Cárceles las llamamos en un caso, y zoológicos, acuarios o safaris en otro. Si los primeros lugares ya están en entre dicho por incumplir en muchos casos su principal objetivo -la reinserción de los individuos-, los segundo están aún más en entredicho. Mientras en uno el humano está dentro por cometer un delito, en el segundo es la mala suerte su única sentencia. Estar en un mal sitio, pertenecer a una especie desafortunada o por el capricho de una persona.
Situaciones como la del oso polar Arturo en el zoológico de Mendoza (Argentina) abrió los ojos de muchas personas sobre el estado en el que vivían estos animales. Arturo en concreto, estaba muriendo debido a estar en un situación para la cual no estaba preparado su organismo. ¿Un oso polar a 40 grados? ¿Qué tipo de mente puede creer que esta situación tiene beneficios educativos o divulgativos para los niños? Esa es una de las claves de los defensores de los zoológicos y acuarios: facilitar a los más pequeños que vean animales salvajes. ¿Pero realmente alguien cree que el comportamiento de una orca en una piscina minúscula es la misma que tendría en el océano? Es lo que ocurrió en el caso de Tilikum, una orca que fue capturada, encerrada y hostigada lo que hizo que se volviera extremadamente agresivo y se viera involucrada en la muerte de tres personas en 2010. El documental «Black Fish» cuenta el caso y reflexiona sobre las consecuencias del cautiverio en los grandes seres marinos.
Y podríamos seguir enumerando miles de casos. Desde osos panda que no se reproducen, gorilas que se autolesionan, jirafas que dejan de comer… Una falsa realidad que le mostramos a los más pequeños como si fuera la Naturaleza lo que ven. Y no es más que a sombra de lo que un día la Naturaleza y esos animales cautivos fueron. Eso es lo que han entendido en el zoológico Bioparque Convivencia Pachuca de México, que será el primero en aplicar el modelo Zoo XXI. Esto pasará por convertir el centro en un lugar de rehabilitación para los animales exóticos incautados de las mafias o heridos, recuperar la fauna autóctona gracias a sus instalaciones, un paso intermedio entre los rescatados y los santuarios donde deben estar. Un lugar donde gracias a la tecnología del siglo XXI, los más pequeños y los adultos podamos ver cómo se comportan de verdad los animales.
En este modelo los científicos y los pedagogos tendrán mucho que ver. Empezando por sus planes de conservación, que se centrarán en los hábitat naturales donde se encuentran los animales. Allí los científicos tomarán imágenes, grabaciones, sonidos que se proyectarán en el bioparque mostrando una Naturaleza real. La empatía por estos animales y estos ecosistemas será el fin último, ya que solo educando a los más pequeños en el respeto podremos conservar la Tierra. Y a nosotros mismos. Una de las patas más importantes de este proyecto es la prevención de la violencia. Son numerosos los estudios que vinculan el maltratao animal como la antesala de la violencia social. Educar en la Cultura de Paz, que evite el bulling en las escuelas y la pérdida de la solidaridad entre individuos.
México será la primera piedra de un proyecto que sin duda debe llegar a todos los rincones del planeta, para que imágenes como las recogidas por Tras los Muros en zoológicos pasen a la historia. ¿Será Barcelona el siguiente en dar un paso adelante por la ética? Los promotores de ZooXXI, la Asociación Animalista LIBERA! y la Fundación Franz Weber (FFW) así lo esperan debido al apoyo que la nueva alcaldesa de la Ciudad Condal, Ada Colau, ha dado al proyecto.