Sobre los memoriales, un lugar de peregrinaje, turismo y (a veces) memoria

presentación libro borromeo
Presentación en San Carlos Borromeo

Ayer el trabajo y un poco las ganas, me llevaron a un sitio dónde normalmente me es difícil sentirme cómoda: una parroquia. El truco era que no era una iglesia como otras, era la parroquia San Carlos Borromeo. Se trata de un lugar con mucha memoria del movimiento social y obrero desde los años 80. Primero fue la droga, la persecución de la inmigración, la falta de futuro de los jóvenes. Ahora lo son los recortes, la falta de sanidad para muchas personas, el peligro de que acaben con la calidad de la enseñanza pública, sigue siendo la persecución de la inmigración, etc. Os invito a que veáis más de su historia en su web. Sigue leyendo «Sobre los memoriales, un lugar de peregrinaje, turismo y (a veces) memoria»

Estoy aquí

Hace unas semanas buscaba con unas compañeras de trabajo un referente de país en derechos animales. Como siempre, los países del norte de Europa ganaron la competición. En primer lugar por la experiencia más próxima a nosotras. Cientos y cientos de perros abandonados que viajan cada año a países como Holanda o Alemania para encontrar la familia que nunca llegaron a conseguir en España. Un ejemplo, el refugio de Cambados. Desde la UE llegan alegrías de vez en cuando, como la prohibición de comerciar dentro de la Unión productos cosméticos para los que hayan experimentado con animales.

Mientras en España seguimos luchando contra la lacra de la tauromaquia, de brutalidades ligadas al alcohol y al exceso de las fiestas populares y de la visión de los animales como objetos a nuestro servicio. Y precisamente por ahí está empezando el cambio, por verles como seres vivos. Luego como seres con sentimiento y sufrimiento. Luego desligándolos de la cadena productiva. Y luego, respetando su derecho a la vida. ¿Qué menos pedir?

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Y se hizo justicia en Chile

Es curioso que lo que debería ser la norma, acabe siendo la excepción en innumerables ocasiones. Es lo que ha ocurrido hoy en Chile, donde gracias a la Ley de Femicidio, una mujer ha sido absuelta del asesinato de su maltratador durante 18 años. Una vida con su esposo y padre de sus dos hijos, que ha dejado a Karina Sepúlveda, de 38 años, marcada de por vida. Y no sólo por las 64 cicatrices de su cuerpo que le recodarán para siempre el calvario sufrido. Si no por los 15 meses agónicos que ha pasado en prisión, impoente ante la manipulación de sus hijos y soportando acusaciones como que merecía los malos tratos al tener amantes.

Manifestación contra la violencia machista en Chile
Manifestación contra la violencia machista en Chile

Un escarnio judicial que afortunadamente ha acabado en sentido común. Karina ha sido absuelta, porque según los cuatro peritos que han testificado «el terror que sentía» cada ve que su marido se violentaba iba cada vez más en aumento. Porque se demostró que Karina ya no sentía miedo por su vida, sino por la de sus hijos. Y porque se demostró «la presencia de una necesidad de estado exculpante», una figura legal clave en este proceso.

Esta resolución ha sido un éxito, no sólo para la propia Karina y su familia, si no para las mujeres chilenas en general. Entre los impulsores de la acciones de apoyo a Karina me gustaría destacar la del Observatorio de Género y Equidad, una institución que reúne a las heterogéneas asociaciones de mujeres del país. ¡Bravo por ellas!

Excelente crónica del juicio por Tatiana Hernández: http://ht.ly/gJJyy

Justicia para Karina

Bajo el hashtag #JusticiaparaKarina Chile y medio mundo reclaman la libertad para una mujer de 34 años que mató a su marido de un disparo después de sufrir durante 18 años agresiones, menosprecios y violaciones. Lleva 18 meses en prisión. En la cárcel de San Miguel, donde recientemente fue asesinada la directora del centro a manos de su pareja. La comprensión de las compañeras de Karina y de las funcionarias no falta. «No tendría que estar aquí», declaran a los medios chilenos.

Imagen de www.theclinic.cl
Imagen de http://www.theclinic.cl

Hoy empieza el juicio oral contra ella y me viene a la mente otro caso con sentencia en firme, esta vez en España. El de Pilar, de 66 años, que en 2009 mató a su marido con un cuchillo. Detrás de este suceso estaban 44 años de maltrato continuo. Un jurado popular, compuesto por ocho hombres y una mujer, consideraron que los hecho se produjeron fruto de una vida de torturas y miedo, mucho miedo. No fue suficiente para la Fiscalía, que recurrió hasta que Pilar fue condenada a tres años. Sus cinco hijos, que apoyan a su madre como la única víctima de este caso, han pedido un indulto parcial para que su madre no pise la cárcel.

La diferencia entre lo que vivieron Pilar y Karina no es mucha, pero el contexto en el que viven sí que lo es. La navarra tuvo que lidiar con argumentos legales sobre los atenuantes, las votaciones o los conceptos de pena. La chilena se enfrenta a argumentos de la Fiscalía como que la acusada era una mala madre por trabajar fuera de casa o que merecía la ira de su esposo por tener amantes. Las activistas del país denuncian que durante el año y medio que lleva presa, han logrado manipular testimonios de médicos e incluso de sus tres hijos, que apenas dejan ver a su madre.

Manifestación en India contra la violencia contra la mujer
Manifestación en India contra la violencia contra la mujer

La falta de condenas contra violadores y maltratadores se denuncia cada día en Chile, dónde una mujer con 64 cicatrices todavía tiene que luchar para ser reconocida como víctima de la violencia de género. ¿Tenemos que esperar a que suceda una brutal violación como la ocurrida en India para que un país reaccione? Tanto en Chile como en India el principal problema es la falta de investigación de este tipo de delitos, dejando impunes a los criminales. En España nos enfrentamos a un recorte de las herramientas de lucha y a una vuelta a la idea de conflicto familiar que sólo logra más muerte e injusticia. Por eso, cuando las activistas reclaman justicia para Karina lo están haciendo para todas las mujeres sometidas, silenciadas y vejadas de todo el planeta.

Para seguir el juicio contra Karina recomiendo la cuenta de Tatiana Hernández, del Observatorio Género y Equidad.