Charlie Hebdo: Mordaza o sangre

Publicado en Publicoscopia

B6wu_sGIQAA2XzWDecía Stéphane Charbonnier, director de Charlie Hebdo, en una entrevista a El Mundo que «había que elegir entre la libertad de expresión y la de circulación. Yo elegí la primera». Muy rotundo Charbonnier, asesinado esta mañana en el atentado contra el seminario en París, ya advertía que la mayor de las consecuencias de las amenazas islámicas radicales o de la salvaje publicidad – si hablas de tal tema, no invertimos en tu diario- es la autocensura. Un camino que ya hace tiempo eligieron muchos de los grandes medios de comunicación masivo. Ellos no esperaron a ver cómo sus vidas corrían peligro -como sí que hacen los freelance, las revistas satíricas o los periodistas locales que ayudan a corresponsales extranjeros – para desmarcarse de la objetividad, el interés ciudadano y la verdad. Asesinaron la libertad de prensa, como ahora los radicales intentan hacer contra quienes la ejercen.

Mordaza o sangre. Son muchas las vías para hacer callar a medios, que no hablen sobre ciertos temas o que lo hagan de una manera u otra. Hoy han asesinado a al menos 12 personas, a punta de armas automáticas, y otras cuatro se debaten entre la vida y la muerte mientras este texto se escribe. Entre ellos, además del director, otros tres dibujantes: Cabú, Wolinski y Tignous. Sus caricaturas levantaron ampollas, pero sobre todo sarcasmo, risas y crítica social. Una forma de plantearse la actualidad que no hace otra cosa que enriquecer y expandir la palabra democracia.


Este ataque no lo ha cometido el Islam, ni los musulmanes. Lo ha cometido la sinrazón del extremismo religioso movido por los hilos del poder económico y la manipulación de las masas. Un invento nada nuevo y por el que han pasado prácticamente todos los credos. Un ataque al ‘otro’, un otro artificial, un odio artificial creado por el que saca ‘tajada’ de este conflicto artificial. La libertad de expresión molesta al poder absolutista y arremete contra el de la manera más brutal que sabe.

Hoy ha sido París, pero antes Dinamarca o Noruega. Otras veces ha sido nuestro propio país – ¿o nadie se acuerda ya del secuestro por parte de la Corona de la hermana española del Charlie Hebdo, El Jueves?-. La libertad de expresión está detrás de todo este asunto, no la religión ni el conflicto Oriente-Occidente. Que no nos engañen. Cuando atacan un medio de comunicación que se ha negado a venderse o a retirar viñetas ofensivas para el poder, están atacando al conjunto de la ciudadanía y a nuestro derecho a la Información. Cuando mandan un paquete bomba a la redacción de un periódico, radio o televisión, nos las están mandando a nuestra casa. En esa sala de reunión de la redacción de Charlie Hebdo, estábamos todas. Está yo, estabas tú. #JeSuisCharlie

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