Un día me hablaron de la custodia compartida. Hasta entonces nunca me había planteado qué pasaba después de un divorcio con hijos en común ya que nunca se había dado el caso a mi alrededor. Ya sé que es extraño, pero coincide que no. Y desde luego no tenía ni idea de leyes, acuerdos y o qué era la patria potestad. Ahora tampoco es que sepa mucho, pero una idea sí que tengo después de realizar este reportaje para Praza Pública:
De este trabajo destacaré que coincido en que se debe hacer lo mejor para el menor, que nunca deben anteponerse a ese bienestar los intereses económicos o rebanchista de ninguno de los progenitores y que la igualdad suele usarse en este asunto como arma arrojadiza. También tengo claro que dos padres responsables, que hayan criados a sus hijos de forma conjunta durante la unión, también lo pueden hacer después del divorcio sin necesidad de que un juez lo ordene. Sin gastar miles de euros en jueces. Sin que nadie les imponga la custodia. Porque ellos serán el mejor ejemplo de educación y civismo de los próximos ciudadanos.