Lo que vosotros aprobáis mata: Alpha y Piertr

Han sido las dos noticias que han confirmado lo que nada más que el sentido común hace falta para saber lo que está pasando. Los recortes matan. La indiferencia mata. La avaricia mata. Dos jóvenes han sido los protagonistas, con nombres y apellidos, los que han constatado con sus propias vidas lo que muchos ciudadanos denuncian día sí día también en la calle.

AlphaBaleares admite que Alpha Pam murió de tuberculosis por no tener tarjeta sanitaria

Un joven muere por desnutrición en un albergue de Sevilla

Además del dramático final de ambos, de su condición de extranjeros y de su corta edad, Alpha y Piertr son víctimas de personas con nombre y apellido. Senegalés y polaco. De 28 y 26 años. Con tuberculosis y con desnutrición. Ambos pasaron por hospitales y fueron expulsados. Nombres y apellidos como el de esos políticos que han consentido que los intereses de ellos y sus amigos estén por encima de nuestras vidas. Un partido que ha ido mucho más allá de lo que podríamos pensar. Nos quiere muertos. No nos quieren ya ni como meros contribuyentes, ni como votos útiles, ni como mano de obra barata.

Y es que no son inteligente ni para eso. ¿No entienden que sin esclavos, su castillo no se mantiene? ¿No ven lo que ocurre a su alrededor? Sólo necesitarían mirar hacia Grecia, dónde otros han adelantado por la derecha con no muchos menos escrúpulos que los que calientan el asiento desde hace décadas en los Congresos. O mirar a Latinoamérica, dónde al no haber clase media dejan de vivir en castillos y pasan a ser presos de si mismos.

2013: La lucha continúa

Llega el día 31 y se impone hacer un resumen del año. Llevo días dándole vueltas para no ser demasiado negativa o para no repetir aquello del annus horribilis. Y cuesta. Cómo dejar de lado un año de incertidumbre laboral, de parón profesional, de una actualidad demoledora. ¿Mirando al futuro? Difícil lo veo ya que 2013 se presenta como un año más difícil aún para todos, con más recortes, más troika, más desempleo y más desilusión.

Pero hace unas horas me llegó una felicitación navideña que ha cambiado mi forma de ver 2012. Se trata de la Asociación Enriqueta Otero. Una asociación de mujeres luguesa que lucha por erradicar la violencia machista y por la igualdad de género, que pese a ver cómo el Gobierno gallego y español reduce las ayudas a las víctimas de maltrato, los centros de información, las casas de acogida, paraliza la justicia especializada e incluso el PP intenta que esta lacra social vuelva a la invisibilidad del hogar, siguen al pie del cañón. Se reducen las fallecidas según datos oficiales, pero todos sabemos que la crisis económica reduce el número de denuncias y así su presencia como problema de todos.

Cartel de Mayo del 68
Cartel de Mayo del 68

Pese a este panorama, las mujeres de la asociación Enriqueta Otero no han dudado en alegrarse y felicitarse por todas las personas que apoyaron su lucha este año difundiendo, colaborando o simplemente escuchando su mensaje. Tal vez sea eso con lo que haya que quedarse de 2012: con toda la gente que no se había movilizado nunca y lo ha hecho ahora, con más de 42.000 manifestaciones que se ha registrado en España, con la unión de profesionales que nunca habían unido fuerzas (como en Sanidad o Cooperación), con las plataformas que han permido que muchas personas estafadas por el sistema no se sientan solas (como los desahucios o las preferentes), con la coincienciación de que no estamos solos en el mundo (por los derechos de los animales y la ecología), con la vuelta a la realidad después del sueño de que ya no existían clases sociales.

Y por un 2013 donde los éxitos no se cuenten sólo con leyes retiradas, sino con un proyecto de sociedad nueva, con un cambio de mentalidad que ya ha empezado y por un futuro distinto cada vez más próximo. Por eso luchaban en el Mayo del 68 y por eso triunfaron. Ahora nos toca a nosotras y nosotros.

Aquí no sobra nadie

Los inmigrantes siempre estuvieron en el punto de mira de la derecha. Siempre. Pero con la crisis han encontrado la excusa que querían, el vivero de miedo al prójimo que buscaban y una forma de achacar a este colectivo los males de todos. Así que ya se pusieron en marcha: menos ayudas, menos facilidades, reforma de la Ley de Extranjería, manteniendo el limbo de los CIE’s y, lo peor, negándoles la atención sanitaria primaria. Una auténtica espiral de violencia institucional que nada tiene que ver con los principales culpables del crack económico.

Mientras tanto, del otro lado de los Pirineos anuncian que este año la expulsión de inmigrantes se va a incrementar un 20% respecto a 2011. El ministro de Interior del aún Gobierno de Sarkozy hace un guiño a la ultraderecha en ascenso asegurando que serán 40.000 inmigrantes, la mayoría de origen rumano o búlgaro, los que se verán afectados. Mientras, el candidato favorito a las presidenciales, el socialista Hollande, asegura que «hay demasiados inmigrantes en situación irregular» pero insistió en que «no hay demasiados» con los papeles en regla. Algo que no concreta su posición, ya que remata la respuesta afirmando que «no podemos aceptar» que se instalen en Francia inmigrantes «sin tener las condiciones legales».

Un esfuerzo para encontrar un cabeza de turco que poco tienen que ver con la realidad. Por primera vez en muchos años, el saldo entre inmigración y emigración ha salido negativo. Salen más que entran y los inmigrantes volvemos a ser nosotros. Los extranjeros regresan a sus países, que ahora tienen más posibilidades de mejorar y registran crecimiento. Y los españoles formados también se van para encontrar alternativas que no tienen en España. La pirámide poblacional se vuelve más invertida sin los hijos de las inmigrantes y la población joven española retrasa tener hijos por la inestabilidad o decide tenerlos fuera.

Entonces, ¿quién quita el trabajo a quien? ¿Quién necesita de quién? ¿Todavía algún lumbreras cree que alguien sobra?