El Estado: enemigo de los menores víctimas de la violencia de género

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Ángela González, victima de la violencia machista, muestra el dictamen de la ONU sobre el asesinato de su hija a manos de su maltratador
Ángela González, victima de la violencia machista, muestra el dictamen de la ONU sobre el asesinato de su hija a manos de su maltratador

Además trataba el tema de las reformas futuras y los coladeros actuales que permitían a jueces y juezas misóginos pasarse por la toga las recomedaciones de los expertos en violencia de género y ceder visitas y tutelas a padres maltratadores. Condenados, imputados e incluso en la cárcel por asesinatos machistas. Sobre este asunto ha habido novedades, ya que la propuesta del Gobierno a la Ley de Protección a la Infancia y a la Adolescencia incluiría a los menores expuestos a la violencia machista como víctimas de esta lacra. Un intento de seguir juntando las piezas del puzle que completa el sistema patriarcal y sus efectos. ¿Pero de qué sirve que los menores sean considerados víctimas de la violencia machista si el Estado no hará nada para protegerles?

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#STOPCañete: Ni en España ni en Europa

STOPCanete_A3-724x1024Parece sacado de un mal chiste: un ex ministro de Agricultura que quiere ser Comisario Europeo de la cartera combinada de Energía y Acción por el Clima. Para ello empieza a borrar de su CV participaciones en empresas y cargo que le harían incompatible con el cargo por conflicto de intereses. ¿Ahora importan sus relaciones y negocios con la industria energética pero para ser ministro en España no? ¿Cómo deja esto la imagen de España?

Pero nos deja ‘exportar’ un personaje machista, incapaz de imaginar políticas públicas, cuyo concepto de sostenibilidad son duchas frías y yogures caducados  y que acaba de incluir sobresueldos del PP en la declaración de ingresos obligatoria para optar al cargo en el Parlamento Europeo. Una falta de ética (y estética) tan grande que hasta las y los europarlamentarios de otros países se han dado cuenta y han montado una campaña en contra del candidato español: manifiesto #STOPCañete, recogida de firmas y un seguimiento exhaustivo de sus últimos pasos.

Unos pasos que en breve sabremos si concluyen aquí, ya que hoy a las 18:00 examinarán si Arias Cañete cumple con los requisitos para ser Comisario Europeo o no. Una audiencia que durará una media de tres horas con 45 preguntas que servirán para muchos más que para saber si Cañete es apto o no para el cargo. Servirán para saber cómo de comprometidos están los europarlamentarios con el bien común de sus países o si las siglas de sus partidos pesan tanto como en España. En breve lo sabremos

Sigue la audiencia en directo en este enlace.

Sexismo en el trabajo

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La negra sombra del machismo nos persigue por todos lados y no iba a ser diferente en el trabajo. Las relaciones laborales son complejas, hay una parte social, una parte profesional y sobre todo una parte jerárquica. Se puede tener amigos en el trabajo, enemigos y compañeros con los que funcionamos muy bien de 9 a 6 pero nunca le invitaríamos a celebrar nuestro cumpleaños. Lo mismo pasa con nuestra jefa o jefe: no hay una regla escrita de cómo debe ser nuestra relación con ese cargo. Y si esto lo entendemos todos y todas, que depende de la persona y de la situación del trabajo, ¿entonces por qué repetimos los estereotipos sexistas sin cuestionarlos?

En el trabajo tienes que aguantar cobrar menos que un compañero haciendo lo mismo los dos (el consabido 22,5% menos), tener menos oportunidades para ascender (o tener que demostrar una y otra vez que eres merecedora), ser más ‘despedible’ que un hombre con la misma carga familiar que tú (la tasa de desempleo femenino duplica la del hombre, pese a tener un 20% menos de presencia en el mercado laboral), o la existencia del acoso sexual . Y eso es la punta del iceberg, porque en el día a día los estereotipos son como una carga pesada a nuestras espaldas, compañeras trabajadoras.

Es sexismo cuando se da por hecho que podemos hacer de todo y ellos no. Es sexismo cuando las tareas más especializadas se reservan a compañeros con el mismo cargo y capacidad que ellas. Es sexismo cuando se tacha de cotillas a ellas por sistema y es sexismo cuando a la rivalidad se le llama ‘pelea’ entre dos mujeres pero ‘competencia’ entre dos hombres. Es sexismo cuando la opinión de ellos se escucha, se solicita y se valora más que la de las compañeras. Es sexismo cuando se excluye de las reuniones a las compañeras de mismo rango. Es sexismo cuando solo por género se prioriza que sea un hombre quien negocie y cierre un trato. Y sí, una jefa puede ser machista, al igual que un hombre. Porque es algo que nos inculcan desde pequeños y nos lo impone una y otra vez el sistema.

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¿Estamos condenadas a soportar todo?

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Nos matan, nos violan, nos obligan a ser madres, nos despiden por serlo, nos recluyen a la intimidad del hogar, al silencio. Y cuando nos revelamos a eso, nos detienen, multan, incapacitan. Después de soportar que no se investigue la denuncia de una violación múltiple, hay que soportar a los detenidos hablando en las televisiones. Después de escuchar unas declaraciones vomitivas de un alcalde, tenemos que soportar además de que siga en su puesto, el escándalo que provoca el rechazo en forma de escrache a este tipo.

velaluzNos humillan y nos someten, nos amenazan y nos golpean, por el simple hecho de ser mujeres. E intentan que lo soportemos. A veces lo consiguen. Cuando no lo hacemos, la victima debe soportar la burocracia injustificada, los agentes no especializados, la lentitud de un sistema judicial caducado. Soportan a un entorno que le quita importancia, que insisten en que soportar es parte del matrimonio. Cuando se logra que sea un juez el que decida, soportamos que este o esta no vea delito; que haya condena pero no medidas de protección; que las haya pero que sigan ‘respetando’ el derecho del maltratador a ver sus hijos. Entonces la mujer debe decidir: o se enfrenta a sus miedos – más que fundados por las amenazas de su propio maltratador y por los casos donde los hijos son el instrumento de venganza de otros hijos del patriarcado – o se enfrenta a la justicia.

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