Publicado en Público.es
Desde la sanción por “insubordinación” a la agente que se quejó de la falta de chalecos antibalas femeninos en Cantabria, hasta la represalia por negarse a reducir la vigilancia sobre una mujer maltratada en Chipiona, pasando por los ocho años que se tardó en equipar de manera adecuada a una agente de montaña en Huesca. Denuncias de acoso y desigualdad que salpican comandancias de la Guardia Civil por toda España, que coinciden con el 30º aniversario de la incorporación de la mujer al cuerpo y que demuestran que es un problema integral y no casos aislados.
Otro de esos casos es el de la sargento jefe del Seprona Gloria Moreno en Lanzarote. En solo nueve meses le han abierto cinco expedientes disciplinarios, ha cumplido más de tres meses de cese cautelar y ahora se enfrenta a la petición de cuatro años de cárcel. “Es un caso de acoso y derribo hacia una persona, que no solo ha demostrado su valía profesional, sino como persona íntegra y con unos valores intachables”, explica a Público Nerea Undabarrena, vocal de Igualdad de la asociación profesional Independientes de la Guardia Civil (IGC). “Quedará demostrada en su momento la inocencia absoluta de mi defendida, como ya ha ocurrido en otras ocasiones anteriores”, responde María Jesús Díaz Veiga, abogada de la agente y ahora responsable de su defensa ante la Fiscalía.
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