Jugar, formarse, crecer

La situación de la infancia en las zonas más empobrecidas del planeta suele ser un baremo muy preciso para saber cómo está el resto de la población. Por un lado están las necesidades más básicas: alimento, techo, ropa, educación, sanidad. Y por el otro algo más difícil de medir pero igual de importante: la justicia social, la dignidad y la igualdad de oportunidades. Con estos parámetros se puede medir sin una generación va a tener un futuro mejor o peor que la anterior, que sus padres, que sus abuelos.

Emerson Díaz
Emerson Díaz

De esto se encarga un término que como todo en el Tercer Sector continúa evolucionando: la Educación para el Desarrollo. Se trata según la AECID, de todo el proceso educacional -formal, informal o no formal- encaminado a generar ciudadanos globales, solidarios, comprometidos en la lucha contra la pobreza y la sostenibilidad. ¿Y esto cómo se visualiza? Para ello está este texto, para presentaros en imágenes lo que debería ser la infancia y no siempre lo es para generar mujeres y hombres comprometidos con el desarrollo humano.

Se trata de fotografías del compañero de Agareso Emerson Díaz, con el cual tuve la suerte de visitar las comunidades de El Salvador. Él tiene un ojo para la infancia que va mucho más allá del mío: se fija en el juego como elemento formador de la imaginación, como aprendizaje de los trabajos de los mayores, y lo reivindica como necesidad básica del niño. Algo, que en momentos de falta de recurso o en situaciones de emergencias se nos puede olvidar a los mayores, pero que es vital para que su futuro sea el mejor posible.

Reportaje sobre infancia y educación en Agareso.