Ayer una noticia resonó a última hora de la tarde en la letanía de la Memoria Histórica española. Esa noticia venía de Argentina. La presidenta de la asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, había encontrado a su nieto después de 37 años de búsqueda. Esa búsqueda comenzó en 1977, cuando la hija de Estela fue secuestrada embarazada y devuelto su cuerpo sin vida a su madre en 1978. Entre medias torturas, vejaciones y un parto. El de Guido, como Laura llamó a su hijo antes de que la hiciera desaparecer para siempre. Hoy se llama de otra manera y ha encontrado a sus orígenes al tener sospechas y someterse a unas pruebas de ADN. A diferencia de los niños robados en el franquismo y postfranquismo en España, los bebes de Argentina, sus padres y abuelos cuentan con el apoyo institucional del Gobierno y gracias a eso podemos estar celebrando la recuperación del nieto 114.
Aún quedan muchos y seguro que esta noticia no hará más que redoblar las energías de Estela, una maestra de 83, años seguirá buscando a los nietos de sus compañeras. Eso fue lo que vi en sus ojos cuando viajó a Madrid y tuve la oportunidad de entrevistar, conocer y escuchar en el Congreso de Jurisdicción Universal de Fibgar. Pude hablar con ella del camino recorrido, del papel de reparación que asociaciones como la que preside tienen en Argentina y de los casos similares que existen en España con el pesado lastre de las décadas que han pasado aquí sin resolverse.