La Plataforma NAC desmonta el supuesto bien medioambiental que dicen hacer los cazadores sobre el control la población de ciertas especies: la gran mayoría de los animales cazados proviene de granjas cinegéticas.
La artista Ruth Montiel Arias crea BESTIAE: un fotolibro, una pieza audiovisual y dos pequeñas esculturas, resultado de acompañar a cazadores durante dos años.
Con el fin de la temporada de caza en febrero, son muchos los galgos que son desechados, sacrificados o abandonados. El documental de Yeray López Portillobusca que conectemos con el animal que somos para que dejemos de hacer daño al resto: “Hay pocas cosas tan parecidas a nosotros en el universo como un animal”.
Fotografía de la manifestación en favor del lobo. Autor Fran Martín
“Soy cazador y amo a mi perro”. Con este título, Melisa Tuya arrancaba un artículo en el que se dirigía a aquellos cazadores que cuidan y tienen en buenas condiciones a sus perros, para que vigilen y denuncien los casos de maltrato o abandono que observasen. “Jamás entenderé que se disfrute disparando a un animal con algo que no sea una cámara de fotos, pero quiero creer que son sinceros y que tienen a sus perros como yo tengo a los míos, viviendo con ellos en su casa, formando parte de la familia; recibiendo solo buen trato y educación en positivo; atendidos correctamente hasta el final de sus días, cuando ya llevan muchos años siendo perros viejos, incapaces de cazar”, decía Melisa. Pero ¿esta es la realidad de la mayoría de los perros usados en la caza?
Coincidiendo con el mes de febrero, un total de 14 ciudades se han echado a la calle para reclamar que se prohíba el uso de perros en las distintas modalidades de caza. Unas manifestaciones que se realizan también en octubre y a las que cada vez acuden más personas. ¿Por qué octubre y febrero? Se trata del inicio y el final de la temporada de caza. Donde unos empiezan a ser perseguidos, otros a ser hostigados y finalmente muchos asesinados. Ya sea por una bala, por las heridas de un cepo o ahorcados por una cuerda. Por este motivo cabe destacar que muchas personas que exigían en Madrid, Toledo o Santander el fin del uso de perros en la caza, reclamaban a su vez el final de esta práctica «lúdica» indefendible en el siglo XXI.