Palestina: “Noor le ha cambiado la vida a las mujeres”

Publicado en El Asombrario

Si tener un hijo con discapacidad ya es un reto para cualquier madre o padre, esto resulta una dificultad extrema si se vive en un campo de refugiados. Pero la unión hace la fuerza y en la asociación Noor del campo palestino de Aida en Belén lo saben. En este comienzo de curso, ‘El Asombrario’ estuvo allí para marcar cuáles son nuestras prioridades, las realidades que nos interesan y nos distancian de otros medios: para comprender la dureza de la vida de estas mujeres que viven sitiadas por los soldados israelíes.

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Mucho más que bombones

Los talleres de repostería están de moda. Mucha oferta y mucha demanda. Y alguien ve una dimensión diferente en ese contexto. ¿Por qué no usar esa sensación de sentirte bien con algo hecho por tus propias manos para mejorar las habilidades sociales de los que más lo necesitan? Esa fue la pregunta que se hicieron Celia y Almudena, psicóloga y maestra especializada en lenguaje y audición respectivamente, cuando antes de verano se encontraron ambas sin trabajo.

Alce ReposterapiaAunque de perfiles diferentes, se dieron cuenta de que se complementaban a la perfección para atender a niños con necesidades especiales. Mientras los conocimientos de Celia ayudaron en los campamentos con chavales con discapacidad intelectual, Almudena podría aportaba en los mismos el enfoque pedagógico y la lengua de signos como herramientas. Así que se pusieron manos a la obra a desarrollar un concepto nuevo: la resposterapia. «No se trata de hacer magdalenas, si no que a través de la actividad el niño con autismo logre seguir los pasos, otro con problemas de sociabilidad pueda trabajar con compañeros o una chica con discapacidad visual sepa que también puede hacer galletas», explican estas dos emprendedoras que no tuvieron pocos problemas burocráticos en su proyecto.

«No es un gabinete psicológico, ni un taller de cocina, ni una academia, así que tuvimos que inscribirnos en una categoría cajón de sastre en el ayuntamiento». Una dicisión que conlleva adaptar el local, blindar la cocina para evitar accidentes, comprar el material necesario, etc. Todo ellos sin mucha más ayuda que su propio dinero ahorrado y algún asesor municipal. Todo un logro, una aventura y una ilusión que espero que tenga mucho, mucho futuro.

Reportaje sobre Alce Reposterapia en Agareso: http://goo.gl/U43Ac

 

Ni portadas ni flashes

Susana Rodríguez, atleta galega, acaba de proclamarse hoy campeona mundial de triatlón en su categoría. Pero no será recibida entre multitudes a su vuelta de Nueva Zelanda, ni abrirá telediarios, ni tendrá un tour por la ciudad subida a uno de esos autobuses de dos plantas. Y no lo será por varias razones: por dedicarse a un deporte minoritario; por pertenecer al equipo femenino; y por ser paraolímpica.

Susana y Mayalen entrando primerasSí, Susana no ve. Es invidente. Compite en tres deportes en uno y lo hace con una guía, la también atleta Mayalen Noriega. Un esfuerzo que realiza en la competición (compatibilizando horarios, buscando entrenadores, clubs, financiación  y fuera de las pistas. Después de haberse licenciado en Fisioterapia, está en segundo curso de Medicina. Este sí que es un ejemplo y una buena candidata para el Premio Príncipe de Asturias.

Mi artículo sobre la gesta de Susana Rodríguez en Agareso.

Un ejemplo sacado de un naufragio

El domingo por la mañana leí el artículo sobre el naufragio del crucero Costa Concordia en El País. Hasta entonces sólo me había planteado cómo puede un barco chocar contra unas rocas en el Mediterráneo y, sobretodo, cómo puede ser tan deficiente la evacuación para acabar con víctimas mortales. Pero entonces el texto de Pablo Ordaz me abrió los ojos a una realidad muy particular de la tragedia: la situación de la familia Tomás. Ellos eran los únicos de los 178 españoles que viajaban en el crucero que habían denunciado la desaparición de uno de sus miembros en el naufragio.

Se trataba del tío Guillermo. Una persona de 68 años con una discapacidad psíquica. Era tan dependiente como los cuatro niños que viajaban en el grupo familiar. Eso no era excusa para dejarlo aparcado en una residencia en vacaciones e iba con ellos a todos los viajes. Desgraciadamente, su desaparición no fue porque el tío Guillermo se desorientara y no supiera decir, una vez rescatado, quién era. Su sobrino respondía a Rne que estaban seguros de que uno de los cuerpos encontrados sin vida era el suyo, porque llevaba una placa identificativa.

A pesar del fatal desenlace, los Tomás pueden estar más que orgullosos de sus decisiones. No conozco el día día de la familia, pero estoy segura que el tío Guillermo vivió como uno más, disfrutó de todo su cariño y nunca se sintió una carga. Un sentimiento que sí que comparten muchos de los discapacitados y ancianos que actualmente están en residencias o viven solos sin la visita de ningún hijo o nieto.

Y hay otros que tienen peor suerte incluso. El Centro Reina Sofía desvelaba hace poco los datos del maltrato sobre ancianos: 60.000 cada año. Y esto son solo los reconocidos, ya que el ámbito de los abusos no se produce sólo en residencias ilegales o centros de día sin licencia, si no en el entorno familia. Hijos, nietos, sobrinos que maltratan psicológicamente, físicamente, que se aprovechan económicamente de los ya indefensos y que muchas veces acaba en su muerte sin que nadie lo investigue. La violencia más ignorada – como alerta Carmen Magallón en las páginas de Público– que aunque sólo fuera por egoísmo, ya que todos seremos ancianos alguna vez, deberíamos denunciar y hacerla desaparecer.

Marcados

¿Has observado detenidamente alguna vez tu tarjeta de embarque? Seguramente has visto el horario, los datos personales, el destino, el código del equipaje pero nunca te habrás encontrado siglas como DEAF o BLND. Se trata de las ‘etiquetas’ que las compañías aéreas -Iberia, en este caso- para identificar a personas con sordera y cegeuera que justifican por ‘seguridad’.

Este proceso además de ser discutible el tipo de seguiridad que proporciona a la tripulación, es claramente discriminatorio para los propios afectados. «Es posible que sea ara que no nos sentemos en las salidas de emergéncia, pero cuántas personas viajan en un avión que no son seguras para la tripulación y no son identificadas?», se pregunta Iker Sertucha, secretario general de la FAXPG y dueño del billete de la imágen.

Es verdad que la sordera es una discapacidad que no se ve a simple vista, que cuesta indentificar al individuo que la posee, pero con ‘marcar’ a esas personas solo se crea discriminación. El objetivo de la sociedad debe ser la igualdad. Un igualdad que se crea con la accesibilidad. Así que si quieren seguridad, deberían empezar contratando intérpretes, dotándo a la tripulación de conocimientos sobre la Lengua de Signos, traduciendo los vídeos de seguridad a esta lengua, etc.

Y que casos como la discriminación a tres sordos en Air Nostrum -propiedad de la citada Iberia- no se vuelvan a repetir.