Antonio Pradas: «Los fantasmas del franquismo todavía no se han desterrado de la derecha y es una obligación superarlo»

Publicado en El Socialista Digital 

08a29df5e35a233271f1c6613d0d23fb_XLAntonio Pradas (El Rubio, Sevilla, 1963) sigue hablando en primera persona cuando reflexiona sobre alcaldes, concejales y sobre política municipal. De hecho, confiesa que cuando se afilió a los 15 años a las Juventudes Socialistas «solo» aspiraba a ser alcalde de su pueblo. Unas aspiraciones que se han visto superadas años después al ser diputado en el Congreso, uno de los más altos representantes de los socialistas andaluces en España y secretario de Política Federal del PSOE. «Aprendí más derecho público en el primer año que estuve de alcalde que en toda la carrera», afirma, y recuerda que han hecho más los alcaldes por los desahucios que parlamentarios y diputados. Ahora se enfrenta a una posible repetición de elecciones, donde asegura que seguirán tendiendo la mano para lograr el cambio. «Hago un llamamiento a las ciudadanas y ciudadanos que votaron de buena fe a Podemos para que ahora apuesten de verdad por un cambio». La novela histórica, a la que es aficionado, constata que aunque cambian protagonistas y las herramientas, en el fondo, las luchas de poder siguen siendo las mismas. Un reconocimiento por los que estuvieron antes que nosotros que hacen de Antonio Pradas también un gran impulsores de la Memoria Histórica en España.

Después de hacer Derecho, ¿cómo se inicia en la política?

La carrera fue una consecuencia de mis inquietudes políticas. Milito en las Juventudes Socialistas desde los 15 años y pensé en qué carrera hacer para poder dedicarme a ello. Pensé en hacer Ciencias Políticas pero no había en Sevilla aún, así que me aconsejó el director de mi instituto que Derecho era una carrera muy completa. Y creo que me aconsejó bien.

¿Y por qué las Juventudes Socialistas y no otra agrupación de izquierdas?

Al principio fue por casualidad. Los partidos tienen gente que captan a personas con inquietudes y un chaval de las JS me dio libros para leerme y un gran escudo de la agrupación. Yo siempre lo he dicho, sin ningún complejo: si se hubiera dirigido a mi un joven comunista o anarquista, hubiera empezado a militar ahí. Pero después, cuando empecé a profundizar, me di cuenta que el socialismo era la herramienta perfecta para transformar la sociedad.

En ese momento, militando en las Juventudes Socialistas, ¿se llegó a imaginar que sería una persona de tanto peso en la Ejecutiva Federal del PSOE o sustituyendo a Alfonso Guerra a la cabeza de la lista de las generales por Sevilla?

En la vida. Mis aspiraciones eran llegar a ser alcalde de mi pueblo. Ahora, de ahí a saltar a la política regional, autonómica, federal o incluso diputado, era algo inimaginable. Creo que los jóvenes de entonces eramos menos ambiciosos que ahora, que no significa que sea ni bueno ni malo. Veíamos una meta inalcanzable tener una responsabilidad federal, con referentes como Felipe González, Alfonso Guerra o Ramón Rubiales. Pensar ser diputados como ellos hubiera sido una falta de modestia muy grande. Hoy los jóvenes llegan a los sitios con más ambición y también con más cualificación, aunque soy partidario de ir paso a paso. Me alegro de haber sido diputado a los 48 años, porque yo con 23 años no hubiera podido aportar la experiencia de ahora.

¿Cómo llevó esas comparaciones con Guerra en la campaña?

Con pudor. Siempre me preguntaban cómo iba a sustituir a Alfonso y lo tenía claro: Alfonso es insustituible. Es un referente histórico de este partido y le tengo una admiración personal por su integridad. Lo que hice fue lo único que podía hacer, sustituir esa brillantez de Felipe González o Alfonso Guerra con trabajo y seriedad.

Como alcalde de El Rubio conoció de cerca al realidad de la ciudadanía. Y durante casi una década además. ¿Debería ser necesario pasar por el municipalismo para ocupar otras responsabilidades políticas?

No se si tanto como necesario pero desde luego es una experiencia muy útil. Yo digo que un alcalde o una alcaldesa, saber de todo un poco, toca todos los palos. Yo aprendí más derecho público en el primer año que estuve de alcalde que en toda la carrera. No quiero decir que no sea posible llegar a ese conocimiento de otras maneras, pero desde luego es un ejercicio muy completo.

¿Qué parte de la política local no es extrapolable a la política nacional?

El tiempo, la inmediatez. En la política municipal, la respuesta que tienes que darle al ciudadano de a pie que te cruzas todos los días con él por la calle debe ser más rápida que la que das redactando una ley. Seguramente esa ley sea la que de cobertura después a las actuaciones locales, pero cuando te llega un vecino y te dice que no puede pagar el recibo de la luz, debes responder de inmediato porque le van a cortar la luz al día siguiente. Las actuaciones de los alcaldes, especialmente en municipos pequeños, han hecho más por los desahuciados que lo que han podido los parlamentarios o los diputados. Porque son ellos los que han llamado al banco, los que han respondido por esas personas, los que han buscado trabajo o ayudado a refinanciar la deuda. Esas acciones no salen en los periódico, ni las ayudas de los servicios sociales de los ayuntamientos. Por eso no entiendo que por parte del gobierno del Partido Popular se ponga en duda la eficacia de la municipalidad para poner en marcha proyectos sociales.

No sale en los medios de comunicación, pero debe tener una contrapartida directa de satisfacción personal.

Desde luego. Dejé de ser alcalde en 2004 y aún me recuerdan los vecinos alguna cosa que hice que yo ya ni recuerdo. Te dicen “nunca olvidaré cuando mi hija tenía un problema y la asesoraste” o cuando ayudaste a una mujer maltratada a que lo denunciara. Tienes mucha presión para solucionar las cosas pero luego es muy satisfactorio. Creo que irme a tiempo también ayuda a que te recuerden mejor.

Le gusta la jardinería, ¿cuál es el insecticida contra la corrupción en política?

Esa pasión la heredé de mi madre. Respecto a la corrupción, creo que hay muchas medidas en marcha en materia preventiva institucional, pero debemos ser los partidos quienes pongamos filtros muy potentes a la hora de nombrar a alguien. El PSOE ha hecho un esfuerzo en este sentido con el convenio con Transparencia Internacional pero creo que hay que ir más allá. Es difícil, pero hay que detectar a esa persona que llega a política para enriquecerse. Debería haber órganos en todos los partidos preventivos porque muchas veces llegan a la política personas de otros mundos, como el empresarial, con ideas, seguramente motivadas en algunas ocasiones, de que los partidos son sitios donde hacer carrera. Antes tenías que tener unos avalistas, y no se si ese es el camino, pero deberíamos tener más herramientas para valorar el compromiso.

Siguiendo con el simil, ¿cómo podemos salvar la planta moribunda del acuerdo para un cambio de gobierno?

Lo veo muy difícil. Cuando un partido no tiene como objetivo un Gobierno para la mayoría, es muy complicado. Podemos tiene como objetivo intentar superar al PSOE y así no se puede formar gobierno. Y es una pena porque el programa electoral de PSOE, Podemos y Ciudadanos confluyen en muchas cosas y se está demostrando cada día en el Congreso, en Comunidades Autónomas y ayuntamientos. Pienso que va a ser un error para podemos, porque sus votantes no van a entender cómo habiendo tenido la oportunidad de finiquitar las políticas ‘austericidas’ de Rajoy no lo han hecho. Pero el PSOE lo ha intentado y lo seguiremos intentando hasta el último momento.

Algunos señalan a la repetición de elecciones como una solución, pero ¿puede que volvamos al mismo escenario de pactos necesarios como en el 20D?

Muchas veces se habla de qué programa vamos a llevar, si se repite el mismo que de diciembre, pero yo veo un elemento diferenciador en esta hipotética nueva convocatoria. Los partidos que hemos demostrado una capacidad de diálogo y acuerdo, van a tener un respaldo mayor por parte de la población. Nuestra tarea, en el PSOE, va a ser que esa voluntad la vamos a seguir manteniendo en el futuro para intentar cambiar las políticas de este país. Además, si el PP tiene la soberbia de presentar de nuevo a un candidato que esta señalado por la corrupción en todos los rincones de España, va a sufrir un castigo electoral. Rajoy es el único candidato que habiendo ganado las elecciones ha dejado de lado la responsabilidad de intentar formar gobierno, sentándose en su poltrona a esperar que los demás le resolvamos la situación.

Nunca llegó esa llamada anunciada por los populares a Pedro Sánchez.

No, y además tampoco tiene mucho sentido. Es una pose de cara a lavar su imagen. El Partido Popular no ha planteado nada, no ha reconocido ningún error de estos cuatro años, y además se reafirma cada día en que va a seguir con las mismas políticas. Sigue ahora igual con la misma prepotencia que cuando tenían 158 diputados. Lo vemos todos los días en las Comisiones y en los Plenarios.

Parece difícil conjugar una situación de llegar a acuerdos, con no rectificar sus políticas y echar la culpa a otros incluso estando en funciones, como es el caso de la desviación del déficit.

Claro. No solo es el único Gobierno que ha presentado cinco presupuestos en cuatro años de legislatura. Ya empezó retrasando su aprobación para que pasaran las elecciones en Andalucía y así engañar a los votantes. En el 20D hicieron lo mismo con regalos fiscales y bajando los impuestos. El PSOE le advirtió que estos presupuestos no eran reales, le advirtió la Unión Europea de que el déficit que estaban planteando no era real, y no escucharon. Y ahora, que se ven los datos de verdad, le echan la culpa a otros cuando el esfuerzo que se ha hecho desde las comunidades y las corporaciones locales ha sido infinitamente más que el Estado. Pero es más, esas culpas a otros, lo que hacen es reforzarse en sus políticas, porque al presionar a las comunidades lo que hacen es recortar de nuevo la sanidad, la educación y los servicios sociales. Por ahí, por más recortes, el PSOE no va a pasar.

Concretemos una autonomía, la suya. ¿Cómo ve el panorama político y social en Andalucía?

Ahora mismo hay una ventaja en Andalucía respecto al resto del país: hay una estabilidad política que permite ser la primera comunidad en aprobar unos presupuestos, ser donde más están centrándose los inversores y donde más se está blindando el Estado del Bienestar. No se han quitado las ayudas a libros o comedores escolares, donde la autonomía está asumiendo el 80% del gasto en dependencia cuando debería ser el 50% conjuntamente al Estado, donde más se está avanzando en tecnología sanitaria. Tenemos el problema endémico del desempleo, un problema histórico, pero uno de cada cuatro empleos que se han creado en los últimos años ha sido en Andalucía.

Usted, junto con Miguel Ángel Heredia en el Congreso y Micela Navarro en Ferraz, son las caras más visibles del PSOE-A. ¿Cree que sigue intacta la capacidad de movilización del PSOE-A de cara a un posible 23J?

Tenemos que hacerlo posible. Yo estoy convencido de que Andalucía es fundamental. No sólo para el progreso de España, si no también para el avance del PSOE a nivel nacional. En el PSOE-A hay una mentalidad ganadora. Tenemos dificultades, claro que sí, pero nos ayuda que el partido es muy solido y una capacidad de movilización muy importante. El reto en esta repetición de elecciones, si finalmente las hay, será luchar contra esa sensación de fracaso por no haber sido capaces de llegar a un acuerdo. Lo que tenemos claro es que la derecha no se cansa de votar y la izquierda si no se moviliza, tendremos un mal resultado.

¿A quién cree que perjudicaría más un posible aumento de la abstención?

Estoy convencido de que la participación va a ser mayor de la que las encuestan pronostican. La ciudadanía suele sorprender desde su responsabilidad, desde siempre. Confío en que castiguen el tácticismo de Rajoy que no ha hecho absolutamente nada por formar Gobierno y hago un llamamiento a las ciudadanas y ciudadanos que votaron de buena fe a Podemos para que ahora apuesten de verdad por un cambio, que tiene que venir del Partido Socialista. Si Rajoy sigue de presidente del Gobierno en funciones es porque Pablo Iglesias lo decidió. De hecho, si Podemos hubiera preguntado a sus bases si querían que Rajoy siguiera o que se hubiera ido ya a su Registro de la Propiedad en Santa Pola, estoy seguro que el 100% hubiera votado que estuviera fuera ya.

Como aficionado a la novela histórica, ¿ve similitudes entre este momento que vivimos y otros ciclos pasados?

La Historia necesita una perspectiva más amplia para ver si realmente es un cambio de ciclo. Pero es verdad que desde hace 10 o 15 años ha habido un vuelco político que ha creado la sociedad. Se ha puesto en jaque derechos del Estado del Bienestar que creíamos inamovibles, como es que las generaciones futuras vivirían mejor que la nuestra. Esa certeza se ha roto y esto supone un cambio en la forma de hacer política. Una de las labores que tiene el PSOE es devolver la seguridad de esos derechos a la ciudadanía. Lo que sí que me enseña la novela histórica es que hay momentos muy similares en la Historia. Puedes leer una novela sobre Roma o sobre la Edad Media y te das cuenta que las relaciones, las presiones o los juegos de poder no han cambiado. Lo que ha cambiado son las herramientas, los medios de comunicación o internet, pero el fondo ha cambiado muy poco.

Y hablando de Historia. ¿Por qué hay que pelear tanto la aplicación de la Memoria Histórica?

Tiene mucha culpa la derecha. Comparando la situación de España con la Alemania, te das cuenta. Después de Hitler llegó la democracia y los partidos, fueran de la ideología que fueran, no se han considerado nunca herederos del nazismo. Sin embargo, la derecha española se ha considerado heredera del franquismo. No hablo del electorado, hablo de sus dirigente. Al principio era lógico, pero ahora lo entiendo menos. Por eso no me cabe en la cabeza que todavía, después de 40 años, se considere hacer un reconocimiento a esas personas que puedan estar en una cuneta ‘remover el pasado’ con un sentimiento negativo. Es incomprensible. La única explicación que le veo es que esos fantasmas del franquismo todavía no se han desterrado de la derecha y es una obligación sus líderes superarlo.

¿Será este un punto fuerte de los socialistas en la próxima campaña?

Hemos creado un grupo federal de Memoria Histórica, que no lo había, y vamos a seguir trabajando por esa ley de 2007 que aprobó Zapatero y que ha sido sepultada por el PP a través de la inanición presupuestaria. Nuestro programa electoral tiene como objetivo esa labor, una deuda que tiene la democracia española con la libertad. Está pasando una cosa, además, que me está gustando mucho y es que las generaciones más jóvenes están enlazando con esa obligación moral. Aunque la derecha le hubiera gustado que no pasara así, es muy difícil enterrar lo que paso. El hermano de mi abuelo fue asesinado en la guerra y se en primera persona que que no se hable de el tema no significa que no esté ahí. La mejor forma de sanar es sacar ese miedo y normalizarlo. Cuando acudí a Valencia la pasada semana a la entrega de los restos de Teófilo Alcorisa a su hija aquello era de todo menos un acto revanchista. Y te preguntas, ¿tan difícil era que esta familia pueda llevarle unas flores a su tumba?

Algo tan cristiano como eso.

Efectivamente. Como alcalde tuve la suerte de poder ayudar en esta materia. En el cementerio de El Rubio, fueron enterrados el alcalde de Marinaleda y de su hijo al ser ejecutados por Franco allí. Aunque pusieron una lápida en los años 60, pero sus nombres no estaban. Los pusimos y sorprendía ir al cementerio el Día de los Santos y ver a una familia que había esperado 80 años por un gesto tan sencillo como ese. La única manera de cauterizar las heridas es reconocer que está ahí y destaparla. Si no se pudre. Si poco sentido tuvo ya entonces la lucha, muchos menos ahora entre hijos y nietos de aquello.

Por finalizar, ¿Cómo se ve de aquí a diez años?

Es muy difícil saber hasta que pasará estos meses. Yo me debo a las agrupaciones de Sevilla, siempre lo tengo claro, y a lo que el PSOE-A asuma que puedo aportar. A nivel personal me gustaría contribuir al proyecto socialista. Tengo claro que esté donde esté, el PSOE va a ser mi referencia toda la vida. Desde los 15 años llevo unido a él, y tengo claro que cuando llegue el último día de mi vida, tendré un vinculo con el PSOE. No se si en una formación de jubilados socialistas, pero la tendré.

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