Llevo una semana conteniéndome. Desde que afirmaron que se paralizaba la reforma de la ley del aborto, pero que hasta hoy no había confirmado el propio Gobierno. En ese momento, cuando Mariano Rajoy lo ha ratificado, no he celebrado nada. ¿Cómo celebrar que conservaremos derechos adquiridos sobre nuestro cuerpo desde hace décadas?
Pero en este momento, pasadas las 17:30 h, sí que tengo que celebrar. Aplaudo la dimisión de la persona que ha hecho peligrar mis derechos más elementales, los derechos reproductivos. Cualquiera que quiera recortar los Derechos Humanos más básicos de más de la mitad de la población no puede hacer otra cosa que, no sólo abandonar el ministerio desde el que ha intentado menguar estas garantías, si no abandonar la política y el partido.
Y así lo ha hecho hoy Alberto Ruiz-Gallardón. El que fuera un alcalde ‘modernete’, simpático y hábil con los medios y que nada más alcanzar el nivel estatal desveló su auténtica naturaleza. Como ha hecho al final de su discurso, se ha acordado de su padre, su verdadero referente. Ese hombre que defendió hasta en contra de su partido que la mujer no tiene derechos sobre sus ovarios.
Pues no me queda otra cosa más que pensar que nos hemos quitado dos pesos de encima en una sola rueda de prensa. ¡Felicidades españoles!
Un comentario sobre “Acordándose de su padre hasta el final (hoy es un buen día)”