Cuando una va a ver un documental sobre experimentación animal va preparada a sufrir. Lo que no va preparada es a que la empatía no la sientas sólo con las víctimas animales, si no también con las víctimas humanas. Eso fue justo lo que ocurre con el documental ‘Dosis Máxima Tolerada‘, del director canadiense Karol Orzechowski. A mi entrada en la sala, pude comentar lo que iba a ver pocos minutos después con miembros de Igualdad Animal -organización que promueve el film en España y que ha participado con imágenes del rescate de perros beagles usados en experimentos en la localidad catalana de San Feliú de Codines.
Ellos me prometieron que el documental no contenía imágenes excesivas de crueldad con los animales, si no que se centraba en los testimonios de ex trabajadores de esas industria. El propio director comenta que él intentaba hacer ‘algo bello’ sobre un tema tan horrible. Difícil conjugación, pensé. Pero en efecto. Cualquier amante del cine verá en la composición del canadiense belleza, y cualquier amante de la narración de historias verá un discurso coral con muchos puntos en común.
La sorpresa viene cuando el dolor que esperas encontrar en la mirada de esos animales inocentes, que desconocen el por qué son presos, torturados y asesinados en beneficio de nadie, te lo transmiten los humanos. Unas personas que vieron lo que hacían, tuvieron conciencia ética y pensamiento crítico, que valoraron si tenía sentido o no lo que hacían. Unas personas que no tenían contacto con movimientos animalistas, sin embargo un día miraron a sus mascotas y ese día no vieron diferencia alguna con los animales del laboratorio.
Un día se plantaron y dijeron alto a la espiral de terror. Renunciaron a seguir haciendo daño, a seguir esa vía. Y al anunciar que usarían otras vías con la misma eficacia, renunciaron a sus carreras como científicos, biólogos, médicos, investigadores. Les hicieron renunciar. Por que la industria de la tortura vende a primates, perros, ratas o aves como ‘productos‘, ‘herramientas’. Y por que no quieren que nadie mire a esos productos como los que son: iguales. Y esa es la ‘dosis máxima tolerada‘, la que esas personas aguantaron antes de revelarse con el sistema.
Igualdad Animal distribuye el documental en su tienda.
Otras proyecciones a lo largo del mundo: http://maximumtolerateddose.org/screenings
esos documentales deberían ser de libre distribución … y asi llegar a la mayor gente posible.