Siempre pensamos que hay tiempo. Nos quedamos con ganas de conocer más del que tenemos al lado y pensamos que ya iremos preguntando. Pero a veces no hay tiempo. Se acaba. No hay un marcador que vaya marcando la cuenta atrás. Sólo lo vemos cuando es tarde.
Pensamos que el tiempo se acaba para nosotros y para el que se va. Nosotros nos quedamos sin saber muchas cosas del que parte, pensamos en todo lo que viviríamos nosotros si supiéramos que el tiempo se nos acaba. Y llegamos a sentir tristeza por el que se va y no experimentará todo lo que nosotros sí.
¿Y si, por una vez, el que se va es el que más sabe lo que queda por vivir? ¿Y si no se rinde y aprovecha sus últimos meses mejor que lo haremos nosotros en nuestro vida? ¿Y si esa luz que se apaga incluso en su crepúsculo sigue alumbrando más que ninguna otra? Dicen que hoy y mañana se verán las Perseidas en el cielo. La metáfora con Lana es fácil, digerir la noticia no.