El tiempo de los anónimos

Cada mañana paso por encima de la M30 para ir a trabajar. Siempre hay atasco en un sentido y tráfico fluido en el otro. Hoy pasé 30 minutos antes y el panorama era el contrario: tráfico fluido en un sentido y atasco en el otro. Entonces me vino a la mente la metáfora más que usada (y abusada) de que somos ovejas que vamos donde se nos dice. ¡Cómo si ir al trabajo en hora punta tuviera que ver con tus perspectivas y opciones personales!

De esto hablamos la semana pasada, en la presentación del libro ‘La Lista’, de Juan Bosco. En lugar de hablar de la temática -Memoria Histórica, Franco, atentados y fusilamientos-, el autor y su presentador de lujo hablaron de las opciones personales. Esas que nada tiene que ver con tu posición social, el dinero o la cultura que tengas. Esa que se te presenta y está en tu mano rechazar o cambiar el rumbo de tu vida. Como a los protagonistas, un cura y una señorita de buena familia que encuentran una lista de ejecución y deciden sacrificar su acomodada vida para salvar a inocentes de ser asesinados.

Precisamente el padrino de esta obra en Madrid, no fue otro que el ex director de la Unesco y actual presidente de Cultura de paz Federico Mayor Zaragoza. Un hombre que muchos miran con recelo debido a decisiones, tal vez, demasiado conservadoras en su momento. una impresión que contrasta con sus palabras: «Dejemos de ser súbditos para ser ciudadanos. De ser testigos a protagonistas de nuestro destino. Toda la Historia ha sido la historia de los que callaron. ¿pero qué les íbamos a pedir a los que no sabían lo que ocurría a 50 kilómetros a la redonda? Y de golpe, en pocos años, esto cambió. En este momento, ese poder absoluto masculino ensangrentado basado sólo en la fuerza, puede concluir».

Su infatigable voz fue mucho más allá, al proponer la acción a la inacción, a las decisiones de unos pocos con el coraje de todos. «Tenemos que aprovechar las capacidades de los anónimos, de los invisibles. ¿Quién si no todos podemos inventar el futuro? Lo que hoy son imposibles, serán los posible de mañana». Me quedo con esa idea.

Por si todavía no lo habéis leído: ‘Basta. Una democracia diferente, un orden mundial distinto’