Llama la atención que con toda la discriminación que existe hacia las mujeres, la única que se ataje por los tribunales se una beneficiosa. ¿Se acuerdan de la sentencia contra la bonificación que sólo por ser mujer se hace a las buenas conductoras? Pues eso. Contra el techo de cristal en puestos directivos, el 20% de media que cobramos de menos en el mismo puesto que un compañero, los despidos por maternidad, el acoso sexual en el trabajo… contra esto, sólo sentencias indivudiales que a costado años que reconozcan.
A esto le sumamos la discriminación en la formación. No sólo hablo de subvencionar con dinero público a colegios que separan por sexo, sino ciertos centros de FP que según lo que tengas entre las piernas deciden cuál debe ser tu formación. Secretarias y cocineras ellas, telecomunicacions y gestores ellos. Así es la sociedad que ven muchos y la que parece querer Rajoy a juzgar por la imagen que proyectaron de él en La Razón. Debe ser que el perfil de mujer del siglo XIX, dónde ellas estudiaban lo justo para poder dar conversación al marido y dejarle bien en las reuniones sociales, nunca pasó de moda para muchos.
Un espíritu que se arrastró y aparece en nuestro días. ¿Cómo vamos a pedirle cuentas a una mujer porque su marido blanquée dinero? ¿A quién se le ocurre que Ana Mato tenga que saber algo de los coches que aparecían en su casa o de quién pagaba los viajes que ella disfrutaba en solitario? Como dice Salomé García en este artículo, ¿sería machista pedir su imputación? Qué cosas teneis. Y lo de la Infanta Cristina, lo mismo. Ella figuraba en los documentos de Noos y de la Fundación Cultura, Deporte e Integración Social (Fdcis), pero estaba allí sólo para apoyar a su marido. ¿Cómo iba a tener voz y voto? Aunque empiezo a pensar que este caso, pesa más su papel de ser hija de quien es (otro hombre) que quien sea su maridos (de nuevo un hombre), ya que no la llamarán a declarar ni como testigo.
Un comentario sobre “El machismo de ida y vuelta”