Cuando hablamos de productos de Comercio Justo, muchas personas sólo piensan en café, chocolate o algún objeto de artesanía que compramos para un regalo en Navidad. Pero esta etiqueta y esta filosofía de consumo va más allá de ese pequeño detalle. Tanto, que en este momento de crisis y de desplome del capitalismo, uno de los países más afectados por la situación ha triplicado el consumo y el número de tiendas de Comercio Justo: Grecia.
Según el portavoz de Panxea, Gonzalo, esto se debe a que se han dado cuanta de que las reglas del mercado -margenes de beneficio abusivos, distribuidores poco transparentes, grandes superficies que copan los sectores- no son buenas para nadie y hay que darles de lado. Una idea, la del activismo de bolsillo, que ya había captado muchos adeptos en nuestro país que apostaban por asegurar derechos laborales a los productores, igualdad de oportunidades, respeto a las culturas minoritarias y al Medio Ambiente.
Otros descubren los productos de Fair Trade por su calidad, desterrando la idea de que estos productos son caros -de hecho, si buscamos un chocolate, por ejemplo, con mismo porcentaje de cacao muchas veces tendremos que ir a una tienda gourmet. ¿Y si la crisis no permite seguir comprando igual? Pues adecuaremos nuestro consumo a nuestras necesidades, aproximándonos aún más a la idea de un consumo responsable.
Reportaje sobre el Día Mundial del Comercio Justo, 12 de mayo, en Praza Pública: