Aunque la finalidad de este blog es dar voz a las historias que no siempre aparecen en los medios de comunicación masivos, permítanme que haga protagonista de esta historia a los de mi sector: los periodistas. Es imposible hablar de injusticias, violaciones de derechos e ilegalidades sin hablar de esta profesión. No pretendo caer en el victimismo, porque somos muchos los que sospechamos que a la situación actual de precariedad se ha llegado, en parte, por el comportamiento de nuestros propios compañeros.
Fueron muchas veces en la redacción en las que desee dejar esto de escribir historias para dedicarme a ser jardinera o repostera. Cuando eran las nueve de la noche y había que cambiar toda la sección, cuando aparecía una decisión desde las altas esferas incomprendida desde las bajas, cuando no conseguías una entrevista o unas declaraciones después de horas de trabajo, cuando cancelabas la cena con tus amigos porque Obama ha abierto la boca.. Y un sin fin de situaciones en las que me hubiera gustado estar rodeada de plantas o harina antes que de teletipos.
Pero ahora que estoy más alejada de ellos de forma forzosa, más me resisto a cambiar de profesión. Aunque cierre ADN, aunque las empresas recorten primero del departamento de comunicación, aunque un diario de referencia para mi como Público entre en concurso de acreedores. Aunque solo quieran freelance, aunque utilicen becarios para cubrir puestos de redactores, aunque haya ofertas tan indignante como esta o esta. Y parodias que nunca fueron tan serias.
Pero sigo queriendo hablar de Derechos Humanos, de Igualdad, del Tercer Sector, de Integración, de Tecnología. Sigo queriendo hablar de las violaciones que se producen en Colombia, de la falsa realidad que nos llega de Iberoamérica, de los atropellos olvidados por la Historia occidental. Por eso lo hago modestamente desde este blog y teniendo grandes referentes. Como Otra América, como Agareso, como Periodismo Humano, como Cuarto Poder, como Diagonal, como tantos periodistas (no me puedo resistir a mencionar a David Jiménez) que buscan un hueco en estas páginas que difícilmente existe en sus medios.
La realidad económica es la es pero esto tiene que cambiar.
Es ahora cuando pintan bastos y las cosas se presentan difíciles, cuando muchos pierden o perdemos de vista los objetivos. Al final los sueños son de quienes los persiguen y tu escribes de cine.
Grande Laura,
Gracias Fran, se agradecen muuuucho los ánimos!
Gracias por incluir mi artículo!