Hace un año asistía a la conferencia de Magalí María Chavez Vega en la Facultad de Magisterio de la UDC. Para los que no la conozcan, Magalí es una de esas personas que lucha en Sudamérica para que la igualdad sea, poco a poco, menos utópica. En concreto es abogada y una de las responsables del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza de El Alto y vino a España para hacernos ver que en casos de violencia machista nuestras realidades no difieren tanto.
A través de recortes de prensa, Magalí hizo ver a los presentes -muchas mujeres, pero también hombre, pues la erradicación de esta lacra es cuestión de todos- que los titulares que se dan en México, Bolivia, Honduras o Guatemala coinciden con los que encontramos en España: «Muere adolescente a manos de su pareja», «Mata a su esposa a golpes en presencia de sus hijos», «Joven universitario se entrega a la policía tras matar a su novia», etc. Ni la educación superior, ni las clases sociales altas, ni las nuevas generaciones. Nadie se libra de esta locura.
Los expertos aseguran que el repunte de los casos de maltrato se debe a la crisis económica, a la imposibilidad de divorciarse y los choques que provoca la convivencia forzada. Puede que sea así, pero no puedo hacer más que preguntarme cómo en 2011 tenemos que seguir celebrando el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Este año estaré presente en el mural de protesta que se hará en la plaza de Ópera de Madrid, el próximo jueves, día 24. Esperemos que sea el último que tengamos que convocar.
Esperemos que sea el último, sería señal de que las cosas están cambiando.
En este sentido me gustaría lanzar una crítica a los medios que en ocasiones completan la escaleta de los telediarios con estas noticias.
En este sentido, echando la vista atrás, solo me vienen a la mente innumerables noticias de violencia de genero. No soy capaz de recordar los casos, pero de lo que sí estoy seguro, es de que en todas la noticia es el suceso. Es necesario que se haga público cada caso, pero también que se endurezcan las condenas contra los maltratadores y sean ejemplarizantes, y que estas condenas sean también noticia.
Creo que solo hacer públicos los casos y no las condenas, puede llegar a normalizar este tipo de actos en la mente de estos enfermos.
Todo mi apoyo Laura.
Un saludo.
Tienes toda la razón. Hay que luchar en los periódicos para que te dejen publicar las condenas y los juicios, que es a herramienta disuasoria de la que disponemos. Dejarles claro a esas ‘personas’ que si piensan emplear la violencia contra su pareja, eso es lo que les espera.
Gracias por tu mensaje de apoyo 😉